“You know what you did”
- ¡Ya lo se imbecil! Y ahora yo soy la que esta en problemas, si José se entera me mata, ¿entendiste? ¡me mata!.- era increíble, solo alguien con su nivel de estupidez, puede soltar algo así por una discusión, Ana debe estar furiosa, hace siglos que no la veo, pero ella no perdona este tipo de cosas.
- Si me meto en problemas por tu culpa, la vas a pagar –
Esto no puede ser, pero tranquilízate, si tranquila , ella no tiene manera de localizarte, hace mucho que no esta en contacto, no hay manera ;simplemente no hay manera.
Eso, el radio, eso me tranquilizara. Pero no es cierto la verdad es que estoy hecha un desmadre , no se que voy a hacer y para acabar, el trafico esta peor que nunca
- ¡Muévete! – me grita una vieja mientras toca su maldito claxon, el verde ya esta y al ruido de la vieja se unen los de otros dos conductores de los cuales ya no alcanzo a ver sus caras, avanzo buscando por diferentes calles un mísero lugar, ya que , en esta zona jamás los hay; es increíble ¡jamás hay un lugar!.
Los nervios siguen dando a todo lo que da y por mas intentos que hago por relajarme a, algo me perturba; siento como mi corazón late a todo lo que da; no puedo estar tranquila si Ana ya se enteró.
Quisiera no ver a José hoy pero si le cancelo podría sospechar algo, y eso es lo que menos quiero, no quiero perderlo es lo mejor que me ah pasado, aparte no me lo perdonaría, jamás me lo perdonaría. Pero por otro lado, cuando paso estábamos empezando y aunque no es una excusa, no esta tan mal , ¿o si?.
Por fin consigo un estacionamiento, esta a un par de cuadras del bar pero esta bien , en estos momentos, no me pienso poner exigente.
Ok Michelle, es hora de hacer que esas clases de actuación hayan valido cada centavo
Entro al bar buscando con la vista a José y no le veo por algún lado, sin embargo me doy cuenta de que ya llego ya que esta Hugo en la planta baja, subo y veo a José y a Bruno.
- Parece que alguien tiene que rescatar a don Juan antes de que una de sus victimas termine con la dignidad que le queda- Dice Bruno, obviamente hablando del urgido de Hugo.
-si , necesita que alguien le informe, que decirle a una mujer que esta muy buena no es manera de romper el hielo- le contesto , mientras me integro a la conversación de la manera mas natural posible y me siento al lado de José.
- te extrañe – me dice con una ternura que estos momentos me duele como si me estuvieran clavando un cuchillo.
Y no es la culpa, no; la culpa no me peso cuando me acosté con Manuel, lo que se me clava en el estomago es el miedo.
Bruno se levanta y se va a jugar billar con Hugo, mientras tanto eh decidido estar tranquila y disfrutar de este maravilloso novio que tengo.
Estuve recostada en su pecho mientras las bebidas se vaciaban y en los intervalos él se inclinaba a besarme, eso sí en ningún momento su mano derecha deja de jugar con mi pelo.
El tumulto proveniente de la planta baja llamó la atención de todos los presentes, y José se incorporo rápidamente a averiguar que sucedía, yo inmediatamente lo seguí a asomarme, notando como el problema es con Hugo y Bruno.
José enseguida baja las escaleras haciéndose espacio entre la gente y yo atrás de el y ahí a unos cuantos escalones, estaba mi peor pesadilla, sentada en la barra haciendo caso omiso a la pelea, el sudor frio recorriéndome la espalda, karma y con ello, todos los sonidos del lugar se apagaron de golpe, dejándome en un silencio ensordecedor frente a ella.
No tengo ni idea de donde esta José o que sucede a mi alrededor. Lo único presente en mi mente son esos ojos color miel, que pueden alegrarte o destruirte y que solo están enfocados en mi y se acercan, mientras alrededor solo hay sombras y movimiento. NADA.
Los sonidos regresaron con el golpe, el sentido común también, y el miedo de ver la cara de José totalmente impresionado de que habían golpeado a su noviecita.
No podía con la explicaciones no podía perderlo, no, no, no puedo con esto ahora.
Huir. La lluvia y el frio contra mi cara me ayudan a salir del letargo y a tener idea de donde podría estar mi coche.
Durante el camino se alcanza a escuchar a José a lo lejos y subo al coche. Y el sigue golpeando la ventana incesantemente y gritando palabras que no logro distinguir.
El motor es el único sonido que podría describir y sin mas veo por el retrovisor a José, mi José, en la lluvia sin tener idea de lo que pasa. Y la lluvia cayendo sin para en el cristal sin tener idea de lo que me espera ni en la vida ni con José.
Fue una estupidez no debía hacerlo, ¿para colmo que hacia la estúpida de Ana ahí?.
Apenas se ven las luces de algunos postes pero son escasos y no seve nada del estupido camino.
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