CAPITULO
1
“Set the fire to the third bar”
Era mi turno , tenia que saltar, no quedaba tiempo.-¡rápido!- me grito el señor que se encontraba atrás de mi,- Si dudas vas a terminar muerto. Así que decídete y ¡brinca!-.
Con un nerviosismo que me recorría todo el cuerpo brinqué, me deje ir. El viento golpeaba contra mi cara y lo único que podía ver era como me distanciaba de mi objetivo, como mi cuerpo se acercaba al concreto.
Un golpe seco, escalofriante. Había tocado el suelo, abrí los ojos ( eran lo único que parecía responder), estaba boca arriba, paralizado, sentía como la sangre de mi cuerpo lo empezaba a inundar. Sentía como mis extremidades se adormecían y un dolor en mi corazón, como si estuviera en llamas, cerré los ojos, estaba muerto.
- “¡buenos días ciudad de México! ,eso fue un poco de lo nuevo en nuestra programación”.-
Era el madito radio que me había despertado, me levante y me dirigí al baño, teniendo que evitar la basura que se había acumulado en el piso después de tantos días sin haber hecho algo parecido a lo que llaman “que hacer”, tome un baño y me prepare una taza de café , algo que se ha vuelto una necesidad últimamente.
Ya eran alrededor de las 10 sin embargo no había algo que me obligara a salir de casa ese día, a pesar de eso, sentía la necesidad de convivir un poco con el resto del mundo, de salir de este refugio que me construí.
Saliendo del edificio me tope con un accidente automovilístico, al parecer un señor había sido atropellado en el transcurso de la noche anterior. sin embargo no le di importancia al asunto y seguí mi camino al parque cercano, encendí un cigarro y me senté en una de las bancas. Mirando las bancas que estaban frente a mi recordé que era precisamente esa parte del parque donde la vi por primera vez.
Fue una tarde de sábado, había estado nublado todo el día ( uno de esos días que parece que el cielo esta al borde de las lagrimas y simplemente no llora, ¿sabes a lo que me refiero no?), y ahí estaba ella discutiendo con un tipo con pinta de futuro empresario, de esos que heredan la empresa de papa y logran ponerla en bancarrota en tiempo record. El volumen de la discusión llego a despertar mi curiosidad , apague mi ipod y sin voltear a verlos me puse a escuchar, el hombre pedía perdón
.Al parecer le había sido infiel tiempo atrás y ella recién se entero del pequeño
“te juro que no paso nada” de su novio. En verdad el estaba desesperado, y ella se oía tan tranquila que hacia que el pobre tipo diera pena. La situación me había parecido interesante, no relevante, pero me mantuvo entretenido, de hecho hubiera seguido escuchando si no hubiera sido porque en ese momento sonó mi celular.
-nos vemos en la noche, besos- ,decía el mensaje en la pantalla de mi celular.
Al parecer eso hizo que notaran mi presencia y terminaron su conversación. Yo por mi parte tenia que entregar una pintura a uno de los pocos clientes frecuentes que tenia en esa época.
Alrededor de las 8 regrese a mi departamento, tome un baño, me arregle, y llame para pedir un taxi. En el camino me llego otro mensaje de Pamela donde me pedía perdón porque esa noche no iba a poder verme, (pero siendo sinceros, y creo que lo mejor es que lo sea) me dolió mas el ver el taxímetro que el hecho de no verla esa noche, no me mal interpretes, Pamela era todo lo que cualquiera podría querer era una chica agradable, con un pelo rojo como el fuego, y una cara de lolita que podría hechizar a cualquiera, pero aun así no despertaba en mi la necesidad de su presencia. Justo en el momento en que le iba decir al chofer que me regresara a mi casa , volvió a sonar mi celular.
-bueno-
-si ,¿quién habla?-
-Por fin contestas, te marque hace un rato, ¿que te parece si vamos al bar de siempre?, me habló José y me dijo que fuéramos, Entonces que ,¿vienes?
-Resulta que mi agenda se acaba de desocupar, así que claro ,estoy ahí en veinte minutos.-le respondí.
Llegue al bar ,era uno de esos lugares seudo pubs, con algunas mesas de billar, una rocola, muchos universitarios y una que otra chica atractiva. Subí a una especie de desnivel en donde se podía observar la planta baja, y en una de las mesas junto a la pared estaba José, lo salude y le pregunte por Hugo , solo me miro y sin decir una a la palabra me señalo una de las mesas de billar que estaban en la planta baja, y ahí estaba Hugo, como siempre “conquistando” a todas las chicas del lugar.
-parece que alguien tiene que rescatar a don Juan antes de que una de sus victimas termine con la dignidad que le queda- dije mientras una de las meseras se acercaba a pedirme la orden.
-si , necesita que alguien le informe, que decirle a una mujer que esta muy buena no es manera de romper el hielo- contestó la que no era una mesera sino Michelle la novia de José.
-contigo me sirvió- le contestó José.
José y Michelle eran de las pocas parejas que conozco que casi no tenían problemas, eran de aquellos que te imaginabas sonrientes dentro de diez o veinte años invitándote a pasar a su casa en algún condominio horizontal , con tres niños jugando por ahí y José asando carne en el jardín.
Michelle nos comento que tuvo muchos problemas para llegar por el trafico, pedimos algunas cervezas y me preguntaron por pamela a lo que les conteste que no pudo venir.
– Bueno por lo menos así puedes ayudar a Hugo a que consiga algo ¿no?-. dijo José.
-Creo que es precisamente lo que voy a hacer-.
Baje y salude a Hugo, retándolo a el y a las dos chicas con las que el intentaba entablar una conversación, a un juego de billar, no tuve mas que ver la expresión en la redonda cara de mi viejo amigo para saber que estaba agradecido de que hubiera hecho el sacrificio de bajar a ayudarle.(Y en verdad lo estaba haciendo ya que las dos candidatas con las que estábamos no eran precisamente de las conquistas que te dan orgullo, ni mucho menos), pero al parecer Hugo estaba entusiasmado y mi equipo estaba aplastando en el juego a Hugo y su compañera de extraña “belleza” , así que no la estaba pasando del todo mal.
Era mi turno y me acomodé, justo cuando estaba a punto de darle a la bola alguien en el pasillo movió el taco lo que provoco las risas de mi compañía a la vez que enojo de mi parte. Solo alcance a verla de espaldas , era una chava delgada ,de pelo café.
-¿qué te pasa?- pregunté enojado. Ella no contesto y siguió su camino hacia la barra. Lo que hizo que me enojara mas así que deje el taco recargado en la mesa y me dirigí a la barra.
-Un vodka con jugo de naranja- le dijo al mesero.
-aparte de arruinar los juegos de las demás personas no sabes tomar- le dije mientras me sentaba en la silla que estaba a su lado.
Se volteo a verme y dijo: - Y tu aparte de estorbar, tienes que sentarte aquí-.
La reconocí en ese momento, esa cara preciosa, unos ojos color miel , esa voz dulce pero tan seca. Era la chava que había visto esa mañana, la que discutía con su novio.
-ahora entiendo a tu novio-.susurre.(Lo se, lo se, me había pasado de la raya, pero ya no había nada que hacer ¿ya lo había dicho, no?, aparte su actitud me había molestado mucho). Ella se quedo muy sorprendida por mi comentario, supuse que la reacción seria recibida por mi mejilla , pero justo en ese momento, vi como un tipo se abalanzaba sobre Hugo tirandolo al piso, al parecer unas de sus presas ya había sido capturada.
Me fui contra el tipo separándolo de Hugo, lo que solo sirvió para que uno de los golpes fuera a mi ceja, respondí con otro golpe y fuimos separados por la gente del bar (la verdad era que el tipo era mas grande por lo que el mas afectado fui yo y estaba sangrando). José y Michelle bajaron pero solo para que la chica de las pocas palabras recibiera a Michelle con una cachetada, no sabia si el golpe que me habían dado me había dañado la cabeza lo suficiente para delirar pero no entendía lo que pasaba.
No supe lo que le dijo pero el golpe no fue respondido. Michelle salió corriendo y José tras ella.
Cuando se había calmado un poco la situación. Hugo me dio las gracias y se disculpo.
Yo estaba en shock no sabia que estaba pasando ¿por qué esa chica le había pegado a Michelle?.En ese momento la vi tomar ese vodka de un trago y salir del bar.
Yo también decidí salir de ahí , me fui a mi apartamento.
Alrededor de las 4 de la mañana sonó mi celular, entre sabanas y bostezos atendí.
- por fin contestas!, te eh estado marcando-
- ¿que paso José ,?-
- ábreme , estoy afuera-
Después de un rato, José me contó que salió detrás de Michelle pero que ella subió a su carro y se fue sin decir nada, me dijo que no contesta su celular, que fue a su casa y no había nadie, que estaba desaparecida , que nadie sabia nada de ella . El pobre estaba desesperado no entendía nada de lo que había pasado y yo tampoco. Michelle no era así.
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